martes, 15 de mayo de 2012

Declaración de la asamblea de docentes de Semiología - Abril-Mayo 2012

Declaración de la asamblea de docentes de Semiología
Los docentes de Semiología de distintas cátedras y sedes (Ciudad Universitaria, Drago, Montes de Oca, Paternal, Puan, Ramos Mejía, San Isidro) nos reunimos en asamblea, con la presencia de representantes de AGD y FUBA en calidad de observadores, el día 21 de abril de 2012, para expresar nuestra preocupación ante los planteos efectivos de las autoridades del CBC respecto del objetivo de “reestructurar” la materia Semiología.
Nuestras inquietudes se originan en una serie de declaraciones de la Dirección del CBC en sendas reuniones con la AGD y con los titulares de las cuatro cátedras de Semiología, en las cuales se planteó que nuestra materia generaba problemas que –tal como fueron formulados– aparecían como una cuestión de índole técnico-presupuestaria. Con un criterio meramente administrativo, las autoridades explicaron que el CBC tiene materias que se dictan en cuatro u ocho horas: las materias de cuatro horas asignan una dedicación simple por curso y las de ocho, dos. El problema de Semiología, de acuerdo al planteo de la Dirección, es que con dos dedicaciones por curso un docente está cuatro horas al frente de alumnos y el otro solo dos, y, argumentaron, tal distribución era inusual, dado que no se ajustaba a la grilla general.
De esto derivaron su intención de eliminar los talleres de lectura y escritura académica de la materia, con el fin de que Semiología quede constituida solamente por cuatro horas y dictada por un solo docente. Junto con este planteo, reflotaron la vieja idea de ofrecer talleres optativos, por fuera de la currícula del CBC y no dictados por docentes especializados.
Lo que para la Dirección del CBC es un problema técnico-presupuestario para nosotros es una cuestión académica, política y gremial.
La asamblea se pronunció en defensa del proyecto académico que se expresa en la articulación existente entre los talleres y el espacio de reflexión teórica sobre el lenguaje. En este sentido, la idea de disolver o disociar estos espacios da cuenta del desconocimiento, por parte de la Dirección del CBC, del proyecto académico que sostiene actualmente la materia y de las dinámicas metodológicas de trabajo que se vienen desarrollando –incluyendo los programas vigentes–. El taller es una dimensión constitutiva de la materia Semiología: los talleres, según los concebimos, sólo son productivos si el trabajo que allí se realiza pone de manifiesto una reflexión sistemática en torno del lenguaje. Una instancia de taller para el CBC no es, entonces, una cuestión de “aplicación” de mecanismos técnicos para “mejorar la comprensión lectora” y “enmendar la escritura”. Por el contrario, el taller de Semiología surge como una respuesta a los requerimientos de adecuación a las prácticas discursivas académicas y a la posibilidad de participar en la formación de sujetos críticos.
La reunión convocada por las autoridades fue una muestra más de la crisis académica que provoca la falta de institucionalización del CBC, y la ausencia de canales formales, idóneos y representativos.
Por un lado, el modo en que se formuló el planteo dio cuenta de una falta de preparación, por parte de la dirección del CBC, de un informe fundamentado y con una descripción precisa del problema. Se limitaron a hablar de “ruidos” (sic), a enumerar problemas muy disímiles y cuya relación con la conclusión de que “hay que cerrar los talleres” no resultó en absoluto evidente, y ni siquiera clara, para los presentes.
Por el otro, y esta es una cuestión que supera ampliamente la situación específica de Semiología, consideramos este hecho de una irregularidad grave porque pretende reducir a una mesa cerrada de 2 o 3 interlocutores lo que entendemos debería ser objeto de un amplio debate de toda la comunidad educativa del CBC, porque lo que está en juego es el proyecto académico del Ciclo Básico Común. Ningún cambio debería realizarse arbitrariamente y sin acuerdo de hacia qué proyecto se propone cambiar. Solo en el contexto de un debate de esa amplitud puede discutirse si Semiología debe tener 4 o 6 horas y qué contenidos debe enseñar en esa carga horaria. Debemos destacar, además, que estas medidas arbitrarias e inconsultas se están inscribiendo en la histórica falta de institucionalización del CBC que, como nunca, hoy funciona sin ningún mecanismo de representación interna y constituye una de las instancias más antidemocráticas y autoritarias de la UBA. Admitir que unilateralmente se decida una “reestructuración” como la planteada es ir en contra del espíritu mismo de la universidad como espacio de debate, de respeto por las trayectorias académicas, de acuerdos alcanzados en marcos de representatividad democrática y de un pensamiento crítico que aporte a la construcción de un país más integrador, menos excluyente, más justo y democrático. Estos intentos de “reestructuración” ya se habían expresado en los hace un tiempo anunciados concursos de auxiliares –planteados ya para todo el CBC y no solo para nuestra materia–, con los que se pretendía concursar unos pocos cargos y con un reglamento que ni siquiera había sido elaborado para el CBC. El estado de interinato permanente en el que nos coloca la Universidad –interinato que en algunos casos lleva más de 25 años, esto es, desde la creación del CBC– genera la ausencia de estabilidad laboral para los docentes –que estamos frente a cursos con alumnado numeroso y los dos cuatrimestres del año– y una situación profundamente irregular respecto de las condiciones académicas e institucionales que la Universidad debería garantizar.
En este marco, interpretamos que la sospecha lanzada contra los talleres de lectura y escritura de Semiología lejos está de un diagnóstico serio por parte de los responsables de la institución, desconociendo si actúan por su propia iniciativa o como meros transmisores de una decisión incubada en otras esferas de la Universidad –que las autoridades mismas no logran fundamentar académicamente– como un indicio más de una gestión para la que el CBC es en primer lugar un número y no el espacio clave que en realidad representa para la integración del alumnado a los estudios superiores, lo que reclama políticas de alta calidad académica y pedagógica.
Enmarcamos también estas declaraciones de la dirección del CBC en el acoso constante hacia la materia, desde hace dos años, para reducir las rentas y las dedicaciones de los docentes, ante el supuesto “exceso” de docentes de una materia “cara”: ha sido la política cotidiana en este tiempo cuestionar las licencias por maternidad, por enfermedad o por becas, dar altas por bajas, se presiona a los titulares para que trasladen docentes de una sede a otra, se reduce paulatinamente la cantidad de docentes de taller (provocando que los talleres tengan cada vez más alumnos, lo cual atenta contra el concepto mismo de un taller de escritura).
En el comienzo de este año lectivo, por ejemplo, a siete docentes no se les confirmó la designación hasta mediados de abril, cuando ya hacía tres semanas que habían comenzado las clases. Si bien varias de estas situaciones son comunes para los docentes de todas las materias del CBC, en el caso de Semiología la situación se agrava ante los presupuestos de “autoajuste” con los que se mueve la dirección.
Por todo esto, queremos que la comunidad educativa toda, y principalmente los docentes y alumnos del Ciclo Básico Común –que no son ajenos a las consecuencias que implica esta situación–, esté en conocimiento de una situación que nos agravia como trabajadores docentes comprometidos con un proyecto de universidad que aporte a la integración y a una democracia auténtica.
Docentes de Semiología reunidos en asamblea
Abril-mayo de 2012

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